La estrategia es cosa de reflexión, la táctica es cosa de percepción.
Max Euwe, ex campeón del mundo
Stefan Zweig, se ha vuelto uno de mis escritores predilectos. Alguien que siempre disfruto mucho leer y del que seguirán viendo publicaciones sobre él en este blog. Fue un escritor, biógrafo y activista social austriaco, nacionalizado británico en la primera mitad del siglo XX. Sus obras estuvieron entre las primeras que protestaron contra la intervención de Alemania en la Primera Guerra Mundial y fue muy popular entre las décadas de 1920 y 1930.
Algunos datos interesantes sobre el escritor:
Desarrolló un estilo literario muy particular, que aunaba una cuidadosa construcción psicológica con una brillante técnica narrativa.
Se quitó la vida con su mujer, Lotte Altmann en Brasil, después de años huyendo de las tropas de Hitler.
Sus libros fueron prohibidos en Alemania por el régimen nazi.
Letras que escribió antes de suicidarse: "Creo que es mejor finalizar en un buen momento y de pié una vida en la cual la labor intelectual significó el gozo más puro y la libertad personal el bien más preciado sobre la Tierra."
Uno de sus libros más reconocidos es El mundo de ayer.
Siempre he admirado en cierta manera a las personas que juegan ajedrez, me parece que es super interesante saber cómo plantear ciertas estrategias para resultar ganador. Desde niña, sabía que mi abuelo Mariano jugaba y hoy mi padre también lo hace y compartió este gusto también con Luis Andre, lo cual me parece genial. Y a decir verdad, me parece una cosa de intelectuales. Si me dicen que saben “jugar” ajedrez ya llevan de gane una conversación conmigo. No descarto en algún momento tratar de entenderlo y por qué no, jugarlo también.
En fin, hace tiempo me propuse leer más de este escritor, así que lo atractivo del título y un viaje corto que tenía que hacer, fueron el pretexto perfecto. Es una novela redonda en menos de cien páginas. A través de una narración impecable, el autor austriaco aborda con precisión los entresijos de una mente enferma, distorsionada irreversiblemente por un retorcido juego de espirales.
Me parece increíble cómo un escritor logra, en 100 páginas, hacernos cuestionar sobre una de las épocas más difíciles que ha pasado la humanidad, a través de un juego que requiere toda precisión y enfoque, entre muchas otras cosas. Y también cómo la mente humana nos puede ayudar o nos puede lastimar de manera constante.
Sin capacidad para cualquier otra actividad intelectual, Mirko Czentovicz desde niño destaca como un genio del ajedrez, del que ha llegado a ser campeón del mundo. Pero, en un viaje se presenta un enigmático personaje y contrincante, el señor B, que huye de los nazis. La confrontación entre los dos jugadores es inevitable. La novela nos presenta el choque de dos naturalezas antagónicas, nos muestra también, y en buena medida, la capacidad de resistencia del ser humano sometido a una presión extraordinaria. Y todo ello con unas grandes dosis de intriga y maestría.
Parece que en nuestro cerebro obran fuerzas misteriosamente reguladoras que eliminan automáticamente cuanto puede resultarle molesto y peligroso a nuestra alma, porque siempre que quiero recordar el tiempo de mi prisión se apaga la luz en mi cerebro, por así decirlo.
Así que, si andan en búsqueda de una novela corta, interesante y además de un muy buen escritor, agreguen este libro a su lista.